Image: ‘Shut the box… http://www.flickr.com/photos/97225010@N07/15127705956

El juego es una actividad en la que se combinan de forma lúdica, el razonamiento, la estrategia y la reflexión. Todo gira alrededor de un desafío acompañado de una competición contra otros o nosotros mismos que nos obliga a diseñar estrategias y habilidades que nos hagan superar el desafío. En el caso concreto de los juegos con componente estratégico, juegos que permiten tener estrategias ganadoras, sean más o menos complicadas, permiten fomentar la capacidad de análisis, de síntesis y de abstracción. Por todo ello, los juegos son excelentes recursos para desarrollar el pensamiento matemático, ese pensamiento que muchas veces está apartado de las matemáticas mucho más procedimentales que vemos en los cursos de primaria y secundaria. Unas matemáticas que aunque necesarias, deberían de ser complementadas con esas otras matemáticas más lúdicas, más cercanas a la belleza que nos permitirían hacer llegar a los alumnos la belleza de la matemáticas.

Muchos días salgo del aula dándole vueltas a lo que he tenido que enseñar transmitir a mis alumnos y me hago cruces, ante lo absurdo del temario. Por mucho que intente darle vueltas, ahí está el currículo como una espada de Damocles que quiere destruir las vocaciones matemáticas o simplemente el amor por esta disciplina. A veces, quiero romper con todo, darle la vuelta y hacer otras matemáticas o, simplemente matemáticas pero los condicionantes externos e internos, no permiten que sea posible o yo no me veo capaz de llevarlo a cabo. Todo lo anterior, me recuerda las palabras de Paul Lockart en su «Lamento de un matemático«:

Todo el mundo sabe que hay algo mal. Los políticos dicen «necesitamos más  nivel».   Las  escuelas,   por   su   parte,   «necesitamos   más   inversiones   y equipamiento». Los pedagogos dicen una cosa y los profesores otra. Todos están equivocados. Los únicos que entienden de verdad qué es lo que está pasando son precisamente aquellos a los que se  culpa con más frecuencia y a los que menos se escucha: los alumnos. Dicen «la clase de matemáticas es estúpida y aburrida». Y tienen razón.

Paul Lockart «El lamento de un matemático»

En otras ocasiones, he hablado de la enseñanza de las matemáticas en las que aparecía Paul Lockart, por lo que vuelvo a recomendar su lectura con la mente abierta y con espíritu crítico.

Siguiendo con el hilo de los juegos, ya en otras ocasiones he escrito sobre sus posibilidades y he mostrado diferentes ejemplos de juegos que considero útiles para llevar al aula:

Esta entrada, sirve de trampolín a una serie de juegos matemáticos de estrategia en los que iré poniendo los que me parecen más interesantes y divertidos. La gran mayoría de ellos, son juegos de tablero para los que he creado un pdf que solo tenemos que imprimir (y si es caso plastificar) para empezar a jugar. En breves días, aparecerán los siguientes juegos:

  • El molino o 9 hombres de Harris
  • Extratour de 6 piezas
  • El solitario ingles
  • El asalto

Y así seguiré hasta que se me agoten los juegos o las fuerzas.

Espero que os gusten.

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